jueves, 6 de agosto de 2009

Cerrado por derribo

Aún sentía la arena entre mis dedos y, sin previo aviso, tengo que volver a mezclarla para reparar esta fachada que se despedaza con el simple roce de mi piel... desmoronada con cada embestida de un viento inexorable que desgaja las últimas capas de pintura dejando al descubierto las goteras más antiguas que empapan mis interiores...
No es tan grave, nunca es tan grave como para no poder salir adelante entre el escombro y la polvareda, siempre acierto a encontrar una puerta a tientas, con los ojos entornados y el esfuerzo yermo que me lleva a encalar, una y otra vez, las paredes de una casa en la que los agujeros pujan por volver a ser huecos entre la blancura que mis manos luchan por mantener...
Y estoy cansada... tengo la garganta llena de tierra, sal en la boca y distancia en el pecho... lejanía que mis largos brazos no abarcan... y sé que podré levantar las piedras una a una también esta vez pero hoy, sencillamente, mi templanza no sabe por dónde comenzar a reconstruirme... mis dedos están cansados... sólo quieren dibujar...
***
Suena: Stay (Lisa Loeb)
Veo: Almería y San Francisco muy distantes en el mapa...
Toco: el cuello dolorido con los dedos cansados
Sabe: a obras y reformas
Huele: a melocotones helados
Estado: just so scared to lose...again...

2 comentarios:

Nay dijo...

La PUTA ha vuelto.
Y lo hace como siempre, tocando mis teclas, que ya tocaba antes de conocerme y hablando en un idioma que conozco de memoria. Gracias por seguir siendo una casualidad de las nuestras.
Anoche me fui a la cama pensando que mi próximo post habrá de llamarse templanza.
Te deseo mucho de eso, de templanza. Con los años, las goteras se van reparando cada vez mejor. Siempre es así.
You say, I only hear what I want to... Dios, cómo me gusta ese tema.

Carola. dijo...

Espejito, espejito...no he de decir más.